El nuevo volumen se implanta estratégicamente en el frente del terreno, generando una fachada imponente de 16 metros de largo por 7 metros de alto en hormigón entablonado visto. Esta gran superficie ciega, de carácter rotundo, dialoga con la vivienda existente, la cual fue renovada en su fachada con tonalidades oscuras en grises, logrando una integración visual sobria y contemporánea.
Entre ambos volúmenes se genera un vacío central, un hueco de acceso que oficia como entrada principal hacia la casa, y que al mismo tiempo funciona como elemento articulador entre la vivienda original y el nuevo quincho. Esta operación arquitectónica genera un juego de tensiones e incertidumbre visual, invitando a descubrir qué ocurre detrás del muro principal y enriqueciendo la experiencia del recorrido.

Programa y espacios:
• Área principal en doble altura, con sector de mesas jerarquizado y cocina completamente integrada.
• Baño completo y depósito técnico, resueltos con funcionalidad y discreción.
• Galería semicubierta con expansión hacia el parque, que acompaña la transición interior-exterior.

Materialidad y lenguaje:
• Hormigón entablonado a la vista como protagonista absoluto, expresivo y honesto.
• Terminaciones rústicas de altísima calidad, con detalles cuidados en cada encuentro.
• Carpinterías de gran formato y colores neutros que refuerzan la estética brutalista.
• Fachada de la casa original renovada con colores oscuros y materiales que dialogan con el nuevo volumen.

El proyecto ME&L transforma la vivienda original, otorgándole una nueva identidad arquitectónica potente y contemporánea, donde el diseño, la escala, la materialidad y la experiencia del usuario se combinan para crear una obra única y memorable.